lunes, 20 de diciembre de 2010

Carbón para los santos, Mister Kringle

Y llegaron más, Jefe, llegaron, y llegaron más. Perdón, que llegan más, error mío.
Unos que otros son más tarados y lentos que un reno, mire usted, pero son callados, quietos, no hacen algazara ni desorden, nada de escándalo. Comen apenas y con eso viven bien. Y trabajan diligentes, para admirarse.

Hala, hasta hemos visto otros que se empacan ellos mismos y se envían con un aire de smog y polución. Vienen respirando polvo y ojeras en las canas, pero con lágrimas de los párpados infectados y con una sonrisa en los labios llenos de flúor, aluminio y aleaciones rompiendo las encías.

Muchos queremos embrujarlos con sueños de familias, risas, juegos, tardes soleadas, canciones, rondas, pero se tornan rabiosos, furibundos, gritan "mentira!" y hacen lo que sea para quedarse. Uno de los más viejos se rompió una pierna, y se quedó así, lisiado, pero contento. O eso creemos. Solo sabemos que nunca quiso volver.

Asi las cosas señor, hasta tenemos empleados en el granero. Los pedidos de este año estarán listos con meses de anticipación, pero hay padres que preguntan por sus hijos fugados.

¿Qué les decimos señor?

domingo, 12 de diciembre de 2010

Sol y luna cabeza abajo

Cierra tus ojos, edificio, duérmete casa, no importa que el cielo cuelgue de las estrellas, la puerta hace dormir a los goznes y sobre las camas, los dormidos arropan a las amntas qwue sufren de la angustia y el insomnio.

Los murcielagos sordos caminan por la calle, los ojos sangrantes de tanto color y luz que llega desde las nubes de noche. Cierran los ojos un momento y el alivio rojo y líquido va dejando sus pasos en la calle llena de peatones. En los andenes, los carros corren para no ser atropellados por las personas.

Corren los relojes en el tiempo y las pantallas en la palabra.

Y unos ojos cierran su mente para dar un `paso al frente la audaz idea.