miércoles, 25 de noviembre de 2009

Buscando el aire de la noche

Me convierto a la fe del fantasma, a aprender a andar con los pasos que confunden a los ladrones, dejan ciegos a los asesinos, y hacer ver a los espías como niños jugando a las escondidas.
Me dicen los sabios que una sombra ya no tiene padre, o madre, o hermano, o patria, o amante. Todo día es una sombra perpetua, todo andar es un pasar de lo Negro entre el mundo.
Ya no existe el hambre, el frío, ni los pies sangrantes de los peregrinos fabulosos. Ya el aliento no saldrá a hablar de su cansancio.
Ya los padres severos no me querrán como heredero de familia noble, o heredero de fábrica, o simplemente, futuro pasto de los buitres.
Esta noche, cuando se canse el viejo de llenarse la sangre de vino y la madre de matar el aire del mundo con sus falsos perfumes y sus habladurías, por la ventana de la cabaña me iré.
No más reyes, no más señores, no más amenazas con abismos de fuego, no más yugos o dedos apuntando desde arriba.
Ya está listo el hatillo, y cuando sea noche cerrada, con las estrellas alumbrando el pueblo, una habitación quedará vacía para siempre.

martes, 17 de noviembre de 2009

Amanecer de los asesinos

La noche, en estado crítico, va tambaleándose por entre los techos de los edificios, como un borracho después de una riña de bar. Sangra, sangra, y durante las horas que va muriendo, las calles gritan con los carros que van naciendo al semáforo, las hormigas que salen de las puertas, y las sombrasque se retiran. Algún fantasma valiente que no se hace quark invisible se guarece en la oscuridad de las paredes abandonadas.
Con paso de sombra, los otros fantasmas, de carne y hueso,van como el agua entre las gentes.Ojos huecos, como las calaveras.
Manos de guadaña, como el Rey de Mausoleos, tienen ellos en estos días.
A cada paso que dan, el peligro, ese perro constante de los trajeados de negro, ladra a los incautos, no se acerquen, suponemos que les dirá.
Avanza la hora, y se acortan los respiros de alguien a quien le dibujaron la lucecita roja en el cuerpo, como si tuviese un francotirador a sus espaldas.

martes, 10 de noviembre de 2009

El oro de la noche

A veces, las noches se hacen sabor a luz. No de esa luz plástica, como hacer el amor con una muñeca, de ese "plástico" de las lámparas hierradas de la calle.

Vas rodando por la calle, y en un momento de las miradas, que van rebotando, lo ves.

Un oro en la cabeza de una mujer fantástica que brilla mejor que todos los peróxidos que puedan cranearse las compañías.

Ese pelo, dirían los poetas, está vivo, late, respira, se mueve, como si fuese una cama en los aleluyas nocturnos de una pareja.

Pero, como no somos autores ingeniosos de tarjetas, no podemos opinar sobre este suceso.

Que lo hagan los nerudas uno y millón que hay en el mundo. Ellos tienes palabra más dulce para hacer suspirar a las bellas.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Redoble de la mañana

Y cuando las sillas se van bronceando con las sonrisas que llegan a través de las ventanas, suena la corneta de la vejiga que quiere hablarle al baño.
Las cobijas huelen a la amante que no está, nunca ha estado, pero la cabeza demasiado granulada para pensar. para los ojos que aún están en la noche pasada.
En algún lugar, pisa una lata de cerveza. Los pies, de haber pisado la botella grande de ¿vino? o una de lasdos copas que tenían vino, vino que se paso a los labios, al cuello a la ropa a....
Demasiado pensar para las diez de la mañana, de veulta a la cama, pero ella ya se ha ido.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Ponte la máscara

¿Quieren magia? Pues bien, he aquí que el planeta se hace de sombrero y varita.
Los correctos, emperifollados, bautizados y acicalados que le huyen al mundo recibirán un dulce, pues sí, señores del libro, las cabras son también hechas por su Señor.
Vamos a hablar con los árboles, con los animales, niños, mujeres hombres y viejos. Vamos a ser cocineros virtuosos, hacer reír a los niños, deleitar a las mujeres sacando flores del aire, y haciendo de un árbol una casa, sin hachas.
Si somos de noche y oscuros y malignos, hechiceros de cruz y libro, entonces todos somos malignos y oscuros, y ustedes también son malignos y oscuros, pues padre y madre es el mundo, madre y padre la natura, y todos, nosotros hijos del viento y la tierra, y ustedes hijos de la árida arena, venimos y volvemos a ella.
¿Quieren magia? Pues sin máscaras, pero cambiando caras veces mil, venimos a hacer de la fogata un circo de aplausos.