lunes, 20 de diciembre de 2010

Carbón para los santos, Mister Kringle

Y llegaron más, Jefe, llegaron, y llegaron más. Perdón, que llegan más, error mío.
Unos que otros son más tarados y lentos que un reno, mire usted, pero son callados, quietos, no hacen algazara ni desorden, nada de escándalo. Comen apenas y con eso viven bien. Y trabajan diligentes, para admirarse.

Hala, hasta hemos visto otros que se empacan ellos mismos y se envían con un aire de smog y polución. Vienen respirando polvo y ojeras en las canas, pero con lágrimas de los párpados infectados y con una sonrisa en los labios llenos de flúor, aluminio y aleaciones rompiendo las encías.

Muchos queremos embrujarlos con sueños de familias, risas, juegos, tardes soleadas, canciones, rondas, pero se tornan rabiosos, furibundos, gritan "mentira!" y hacen lo que sea para quedarse. Uno de los más viejos se rompió una pierna, y se quedó así, lisiado, pero contento. O eso creemos. Solo sabemos que nunca quiso volver.

Asi las cosas señor, hasta tenemos empleados en el granero. Los pedidos de este año estarán listos con meses de anticipación, pero hay padres que preguntan por sus hijos fugados.

¿Qué les decimos señor?

domingo, 12 de diciembre de 2010

Sol y luna cabeza abajo

Cierra tus ojos, edificio, duérmete casa, no importa que el cielo cuelgue de las estrellas, la puerta hace dormir a los goznes y sobre las camas, los dormidos arropan a las amntas qwue sufren de la angustia y el insomnio.

Los murcielagos sordos caminan por la calle, los ojos sangrantes de tanto color y luz que llega desde las nubes de noche. Cierran los ojos un momento y el alivio rojo y líquido va dejando sus pasos en la calle llena de peatones. En los andenes, los carros corren para no ser atropellados por las personas.

Corren los relojes en el tiempo y las pantallas en la palabra.

Y unos ojos cierran su mente para dar un `paso al frente la audaz idea.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Largo camino para los cojos insultados

Mire usted esa larga fila, como fantasmas en las orillas desconocidas para el sol y la primavera. Pasan con sus pasos descosidos, como serpientes heridas, los ojos comiendo toda luz: un físico te diría que no verías nada más que oscuridad en ellos, hablando de la forma más llana posible.

Intentarán tomarte del brazo algunos, pero no te alarmes, no lo hacen con violencia, no con arrogancia típica de los poderosos, de aquellos que cambian la realidad y la ley con un plumazo y ferocidad. Si quieres, puedes dejar, por esta vez, que te toquen.Siente, sus dedos ya no tienen fuerza, no hay ánimo ni aliento detrás de esos dedos.

No hay dictadores de cliché, villanos de película con planes dentro de planes. No hay féminas fatales de vestidos peligrosos y curvas malignas, que funden a audiencias con seducciones y lujos, no hay manos engarzadas de joyas acariciando gatos y con una copa de coctel decadentemente lujoso.

Pero igual estas sombras de carne y hueso tienen el peso de un puño contra sus espaldas derruidas, una ofensa en sus pasos de perro lamiéndose en retirada. Una mueca de derrota en sus huellas que nacen sin un parto ni llanto de palmada.

No son ni vivos ni muertos. Ni son tampoco esos galanes absurdos disfrazados de colmillos, que se funden con la luz, y le temen a la madera afilada.
Son sombras derrotadas, más miserables que el peor perro, y más vencidos que el general fusilados frente al enemigo que arma desfiles en su victoria.

Le hablo bonito para que sus ojos vean la oscuridad gris, pobre cegatón de los ojos abiertos y el estúpido paso impecable. Ahora dé otro paso de esos de propaganda,con viento dramático de propaganda de champú... para tropezar y llenarte de ceniza gollín barro y realidad.

Ver esas vanidades comidas escupidas y defecadas, es que nosotros sacamos gozo de nuestro vagar de sombras sin moneda para pasar a otros lados

jueves, 25 de noviembre de 2010

Horror de la medianoche

No son los bebés vivos que agonizan en tu intestino, te oidan, y vas a vivir gracias a que mueren ellos, pero no, no por eso sentirás el espanto a la media noche.

Suben las ojeras, la puerta suena y la quieren mandar en funeral de vuelta al carpintero las manos y los puños.

Bravo, el Pánico y la Enfermedad han venido a hacernos una visita.
Ahora que alguien le cierre el pico a las viejas que no paran de gemir como perros con frios.

sábado, 6 de noviembre de 2010

La enfermedad del agua

Cuando suenan los grifos adentro de las orejas, sabrás que ya no tienes remedio.

Cuando la lengua nada por entre los respiros, sin poder decir palabras cuerdas, y las señoras vanas te consideren tarado irremediable, no es de inquietarse.
El agua te está matando poco a poco.

¿No se siente el aire en la cara, no se sienten los pelos moverse, ni la dirección desde la cual sopla el viento?
Es la maldición de la lluvia que empieza a hacer estragos, empezando por la cara.

No importa que luego graznen en sus chismes las burguesas, que somos idiotas consumados. Cualquiera que sepa la verdad les deseará que jajmás se cierren esos ojos demasiado maquillados, y que cada vómito del cielo les haga perder noches y días, entre escalofrios, aturdideras,

Que sufran, con el peso de toda burbuja, toda corriente,
ese fardo horrible del planeta que aterra a los buzos que se abrazan con los calamares gigantes.

Lo que a nosotros apenas nos hacen sudar, que a ellas les explote las moléculas.

viernes, 29 de octubre de 2010

Sírvase una tarde de no correr, pasajero

Y bien, las damas finas y las feas te pasaron de largo,qué más da.

Alistemos los baldes con agua, pidamos permiso a las damas en sus balcones, y que se preparen las espaldas trajeadas y las guitarras florindadas, que mañana los despertarán los besos... de los catarros.

Por eso mascamos hierbas del césped.. falso, y los pies se hacen una cama en el balcón. Que guste el romántico de la lluvia de barro y gomas del zapato.

Con los lomos contra un sillón, tranque la puerta con todas las sorderas posibles, en el cuarto de los amantes tenemos podredumbres para que las carnes no encuentren ningún gusto,no haya ruido de pelea ni jadeo amoroso.

No importa, es agradable ver al sol avergonzarse de las nubes, pésimas cubreposaderas, es gracioso oír las sillas y las lámparas que vuelan donde antes se oían los ladridos de pasión y demás.
Ajá camamera, otro cigarrillo y otra bandeja para esta habitación.

Serán las serenata colilleros para nuestras indiferencias, algo más cortés que las sonrisas de las bellas cuyos ojos miran a otro lado, y sí, no importa que sus sonrisas te estén perlando la noche, o como sea que frasees eso, al otro lado de la pared del balcón, sus tinieblos les hacen un nudo de3 gozo debajo de las faldas.

Paso apuremos el respiro y sigan las cejas escudriñando los misterios del veneno de la ciudad, ese fantasma que asesina primaveras para nuestro gusto, hace llorar y caer parejas de tórtolos con los ojos lloran dióxido de carbono.

Qué buenas las seis de la tarde en el cielo. Venga de nuevo de la mudez de la ventana que se cierra, y reinicie el reloj sus borrones de tanta basura. Los gorjeos de las parejas, las vajillas rompiendose contra las paredes de la pareja colorada de peleas moradas,y los chismorreos de las madres que encadenan a sus hijos aturdidos más del hastío que del calor.

Sentémonos pues, camarera, y para sorprender a tanto serenatero fácil, en lugar de amor, cosa tan predecible, hablemos de nuestros días y noches, de nuestras ojeras y canas, de pelo o del ánimo, no importa de dónde, hablemos sin pensar en deseos o romances o cortejos, pasa la botella y el humo, y te irás cuando sea tu hora.

sábado, 16 de octubre de 2010

La peste (parte uno)

No le pongas atención al cura rabioso, ese que se considera lo blanco más puro,más limpio, así no use togas y casullas para gritar sus santas memeces.

Esos dos no nos trajeron la peste, pequeño, ellos ya venían infectados y enfermos, y nosotros ya estabamos agonizantes mucho, mucho antes de verlos aparecer en el pantano, pareciendo com naúfragos de algún desastre del cual nuestros Ancianos no tengan noticia ni memoria. Y créme, muchos de nosotros todavía recordamos cuando el agua del cielo tapó todo el mundo. Para que veas lo viejos que deberían ser.

Un investigador de personas aladas, un tal Mark Gabriel, decía que esos seres solo necesitan comer apenas unas cucharadas de algo cada semana, y con eso viven y respiran. Sin embargo, no le podemos creer al boticario del pueblo, un loquito que le gusta sentarse en las corrientes de los meandros a ver los restos de los naufragios y robar los cargamentos que llevan. Así es como entran las cosas aquí.


Ellos llegaron desde arriba, porque los cazadores de aligatores los vieron colgando de un árbol pantanero, enredados en ramas y mangles, como peces que no pudieron desovar. Pensaron en un principio que eran pájaros grandes y viejos, acaso muertos, porque las alas eran sucias, negras, las plumas casi deshechas, y el olor era horrendo como no se imagina.

Eran de aspecto enfermizo, y si bien tienen apariencia de hombre y mujer, nos fue imposible determinar su origen, nación, el nombre de su padre y madre, su lengua.Su porte era tan endeble, que los tuvieron que levar que llevar en hombros, un hombre adulto por cada brazo, hasta que los Líderes decidiesen que hacer con ellos.

Un hombre de alas grises, color fango, cabellos color barro aguado, y ojos sin color alguno. Bastante lamentable, con el cuerpo de un pollo desnutrido, con faz de haber estado en muchas golpizas y demás. La otra, de apariencia casi reptil, curvas huesudas, piel de manchas y cicatrices, enfermedades e insectos en ella, cuánta enfermedad. Ancianos y jóvenes a la vez, de algún lugar del mapa, de todos y de ninguno. Eso decían los bardos.

Cuando el pastor loco los vió, declaró que ambos eran hijos de las tinieblas, y que como tales debían ser muertos, para evitar que su maldad siguese infectando al pueblo, "igual que el Mendigo" decían las señoras finas, esas que se embaucan con los embustes del charlatán, y los oyen religiosamente, al tramposo del bolsillo y al tramposo del discurso. Todos nos hacíamos a un lado, y los niños idiotas hacían lo que todos queríamos, mandarles baro a la cara y ponerles termitas de colmillos duros en el rostro. En fin.

El Alcade declaró que nadie debía lastimarlos o intentar hacerlo, so pena de ser hundidos en lodo hirviente. Si ellos venían de Arriba, acaso sabrían la razón de estas tierras enfermas. Uno de los cazadores calló de un puñetazo al pastor loco y sus urracas antes que tuviesen la oportunidad de decir más sandeces. Al Pantano gracias por ese regalo!

Con los días, ambos recuperaron el aliento. No digo que fuese algo milagroso(como dirían esas cactúas de mal aguero), pero sí en palabras de los médicos "sorprendente, ¡en verdad!".Y las sorpresas no paraban.
Comer muy poco y sobrevivir así, no requerir de agua, solamente el aire, algo de sol, y nada más: Nunca conocimos gente o pueblo más extraño que esos dos.

Sus primeros pasos los dieron en una madrugada de cielo sangrante, como si en la nubes hubiese guerra.
Nadie más noto sus caras sombrías, como de duelo.
Excepto el ´"paria de la aldea", el odiado por los pastores locos, el de manto y el de ropas de ciudad, y sus seguidoras señoras locas, esas que aman a los embaucadores.
Yo, el Mendigo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Los cómodos cojines de los tronos prepotentes

Siempre sus palabras bífidas se enroscan entre las mieles y tienes un disparo listo para el cráneo entre sus flores.Una amenaza de dientes serrados en los labios más pintados, la ley del león y su gula en la mesa.
Embraza el escudo el chaleco anti balas y el casco... de paso el búnker entero cuando se muevan sus bocas. Porque grande es la arrogancia de ellos al tratar a todo quien no está a su nivel. Y miserable de tu vida si eres vasallo de su sangre y esclavo de sus tripas.

Más te vale, maldito por ser reo de la familia, haber muerto antes de haber sellado tu servidumbre con tu primer respiro.¡Insensatos los curanderos que te sacaron el agua roja de los pulmones!

Pero de momento solo te queda seguir con tu carga de romperte, como contra pared rugsa de piedra, los sesos contra la vida, sin saber que horca o preicipicio coger para emanciparte, vil piltrafa, derroche de aire.

Ah, las vanagloreias de contar con la suela de hierro bajo el zapatito de cristal, ¿cierto Grandes Patrones y Patronas?

martes, 28 de septiembre de 2010

Filosofía de los devoradores de piedras

¿Agua? ¿Líquido esencial para la vida, dice usted? ¡Puras patrañas!
Ustedes están demasiado llenos de aire aguado, bolsas de piedra inasible. No tienen fuerza, firmeza en los pies, impasibilidad para ver estos cielos de ámbar, ni paso indiferentes para no gemir cuando esos piecitos de hierba se rasguen contra el polvo.Ay, pobrecitos delicados visitantes.
No hay flores, ni briznas de paja ni aromas. No los necesitamos, y de no ser por ustedes, enseñadores fastidiosos, ni sabríamos de su existencia Pero no importa.
No hay lugar, ni existente ni imaginable para esas inútiles manufacturas entre nosotros. Se desharán y el polvo las hará suyas; es cuestión de tiempo.
No hay esas rocas blandas que ustedes les dicen carnes o panes, no hay de esas cosas verdes patéticamente blandas que les dicen frutas, cosas tan vanas e inútiles que el tiempo las hacen más insignificantes que el rodar de un guijarro camino abajo, más absurdas que ese descolor del "agua" (¿asi le dicen?) que traen ustedes.

No lo sabes, hombre, pero no sabes escuchar, no sabes oir lo que te hemos dicho sin parar, estas palabras sólidas e inmutables como estas montañas, más antiguas que todo tu mundo, tu mundo blando, tu mundo que se aplasta bajo un segundo, que
es blando, blando y endeble como tú y tus cambiares.

No importa, las montañas te han ganado, y pronto, a ti y toda tu raza qe vinieron a pensar enclenquemente a nuestra casa, a querer decirnos que su agua es la vida de todas las estrellas, a decirnos que su piel es la piel de todos los mundos.
No hay prisa, despacio te digerirá el tiempo, como nuestras bocas digieren estos pedruscos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Sosténme pared

El piso es enemigo y la cama naufraga. Corran a enmudecer a la ventanas, cerrarle la boca al vidrio.
Despacio ,despacio, usa los muebles como muletas, como bordones en el pantano de la casa.
No me sueltes la mano, lámpara, no me sueltes la mano.
A las luces de gran costo poco les importa, solo están aqui para que la vanidad de la dueña se llene al borde.
No importa, ánclenme en una cama y cierren, mejor que cualquier bóveda, las entrañas de las cobijas.
¿Qué más esperan de un enfermo abatido de páramo?

martes, 14 de septiembre de 2010

Venganza contra las dos ruedas

Que se ardan tus llantas, chalecos se deshebren, tiza nazca del matrimonio entre tus dientes listos y la calle suprema sobre todos.

¿Quieres estar despierto? Que te despierte los ojos el casco que llora los pedazos de su cara, que se duela de su dolor de cabeza.. ah perdón, el casco está llorando sus sesos y esos sesos se rascan sus pelos sangrantes.

¡Despierta! ¡Que estás volando y dejaste atrás el semáforo rojo, conductor tan despierto, que tan contento te sentías de gritarle a los peatones apurados, aturdidos por hallarse besando el peligro en los retrovisores que pasan rápido.

Rómpete como cristal muerto contra el piso, que te palmeen la frente las ruedas que,auch, acabaron de caer, como un regaño, sobre tu cabeza.

Qué gozo que te despierte la ambulancia, para ver como te tatuó la cara el asfalto.
Qué gozo, que el chaleco tuyo nos cuente las historias de los esqueletos estrellados por la placa de tu moto, conductor de la lengua descarada.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Las momias sudan sangre

Despacio, despacio curandero, ni un movimiento en falso-
¡Por todos los demonios, les dije que tuvieran cuidado, aprendices inútiles!
¡Rápido, un cuenco con agua, rápido, rápido!
Si pierde otra gota más...
Vamos vamos vamos ¡sí! ¡Más vendas, más vendas, RÁPIDO!
Deprisa deprisa, sosténganle la cabeza, con cuidado, ¡CIERREN LA TIENDA!, por todos... ¡tú, aplasta ese escorpión con la lanza, con un mazo, antes que esto se vuelva un reguero de sangre y sesos!
Soldados inútiles, brutos como bestias de carga, todos ellos...
Así, así, así, sin apretar.
¡Cuidado con que se entre el aire!
¡Cierren la tienda, por todos los cocodrilos del reino fantasma!
Bien, bien, así, ahora sellen los vendajes....
Ya está. Ustedes tres quédense aqui hasta que se reanime el cadáver.
Tú, bestia de dos pies, ve y dile a tu capitan que si vuelve a usar otro reanimado en el frente, voy allá y lo arrojo de cabeza al mundo de las sombras, tan seguro como que el faraón es hijo del Dorado. Y no es una amenaza.
Ahora lárgate. Ustedes tres vayan y díganle a su maestro que sus aprendices son una verguenza.
Yo me quedaré aqyuí aplicando unos conjuros, y no, no me ayuden, ustedes serían más un estorbo que otra cosa.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Fantasma violín

No lo insultes diciédole caballo ni galopador. Ni que monta el viento hasta llegar a los bosques a las nubes las ciudades las radios.
No lo ofendas diciendo, por favor, que gimes como un perro, que babeas buscándole la carne,sabueso desagradable, sepulturero de bafle oxidado.
Solamente existe, sin fornicar con las notas el arco(en serio, ya basta de insultos)en un taichi de aire contra los oídos que se encrespan de gusto, de gusto y qué maravilla, porque ningún amante, ningún beso de saliva y babas y gargajo, nada de eso se le compara.
Solamente siente los pelos hacerse nerviosos de tanta maravilla cuando corta el violín tus oídos.

sábado, 21 de agosto de 2010

Días de ceniza

Abre los ojos, que no hay cielo para ver.No hay nube, no hay rosa, no hay ruiseñor, no hay risa de niño, no hay dientes perlados de las amantes. Solo barro líquido que cae desde arriba, siempre anegando los ojos, siempre dejando las pieles color lluvia, haciendo de toda agua algo muerto, incluso en los rios.

Sólo hay tiempo, fantasmas de carne, para mover los pies y no sentir el frío de los huesos. Solo hay tiempo para seguir vagando, andando sin dejar huellas, sin oir nada más que el murmullo del agua estancada en los oidos. No es lluvia, de las aguitas claritas que les gustan a los refinados, sino negro líquido. barro líquido y que sube y baja, evapora y llueve, desde lo alto a la tierra.

No alcen los ojos, porque se vuelven oscuros y mustios como los dcharcos, luego necesitan de otro hombro y piernas para que los guien en la ceguera. Sigan con la mirada gacha, no piensen en el frío que mata huesos.


Igual no importa, casi todos aquí ya morimos en tiempos que no caben en ninguna cronología.

viernes, 20 de agosto de 2010

Calaveras y sus dientes de acero

Escaleras abajo, los lamentos sin palabras de los prisioneros encadenados van bajando.
No hay lenguas de carne con las cuales gritar, no hay labios secos que mojar, siquiera con un harapo húmedo, ni dientes que crujan de tanto dolor y tristeza.
Han decretado los sacerdotes, que visten pieles de serpientes emplumadas y llevan bastones de piedras preciosas, que serán vigilantes mudos de la pirámide, pasto de la admiración de los viajeros, pesadilla de los enemigos, pánico de los criminales.
Sí, armas perfectas se han creado a partir de esos inútiles esclavos, armas perfectas, inhumanas, a la par con los monstruos hijos de la tiera más escondida, del mar más negro.
No importa si aún queda en ellos algo de humanidad, de carne y sangre que late bajo la piel. El Grande Señor ha ordenado un ejército para aplastar a los venidos del mar; un ejército, como no se ha visto en los Cuatro Costados se le dará.
Dicen los sacerdotes, especialmente los más altos, que el Quinto Sol traerá la fin de la casa del Señor de Jade, pero el viento, mensajero eterno de los dioses, nos ha dicho que los llegados de cara cara de requesón, sangran y sudan como nosotros, nuestra tierra es extraña para ellos, y no conocen nada de sus secretos.
Se llenará el valle de su sangre, y los altares beberán sus sesos y entrañas, cuando los escribas confecciones nuevos papairos, cuando el sol vuelva a alzarse encima de nuestros tocados de plumas verdeazules.

viernes, 13 de agosto de 2010

Piano fantasma

Despacio, un violin que se le pasa a los oídos agudos, la luz baja. Baja los ojos, como sacándose las lagañas secas, el taburete anciano.
No hay dedos, en la madera negra, tan sola, entre las greñas mudas del trapero, ese bohemio desharrapado que siempre hace espectáculo en las fiestas, que pasa, y pasa, y pasa.
La cara cincuentona, taburete, como el resto de las puertas cerradas. De tener ojos y faz, hacia el piso, hacía el piso triste.
¿Qué delantal de empleada ha venido, de pelo pareciendo betún bello cara gacha, a bolerar el escenario, que más una ruina de guerra, abandono de ciudad senil?

Venga el esqueleto de esmoquin, y la voz que hace cerrar los ojos como ventanas del local a punto de acostarse a dormir, que el humor está nocturno, humor de Steinway, demasiado noche para que los lacrimógenos palabreros osen arruinarlo con sus tarjetas y enamoradas de moco, hipo y ayes.

martes, 10 de agosto de 2010

Los devoradores de oro fundido

De mandíbulas inmensas, grotescas, dientes horripilantemente brillantes, así son esos prepotentes de cetro y corona en los hogares.
Con la bolsa de oro y biletes en una mano, y con la horca y el capador en la otra, nos mantienen así, amedrentados como perritos mojados en un rincón.
Ah, el poder y su viaje psicodélicamente delicioso, la arrogancia de tener al débil entre dos dedos, al de bolsillos desesperados, en el peligro constante de quedarse apenas con los trapos, finos o mediocres, tapando las decencias.
Abren la boca, devoran todo su cjaero de banco, y su ajedrez malévolamente político lo manntienen para negociar las vidas de los lentos, de los que el azar le tiene un muro frente a las mejillas.
Glorioso sería que un joven de pantalones mendigos, sin mportar su estrato, en rebeldía, amordace y sogue esa arrogancia, rompa esas jetas devora billetes

y consiga, ejemplo feliz, cuatro paredes propias de propia ley y sustento.

sábado, 7 de agosto de 2010

El árbol que cega la carretera

Busca el sendero, la carretera, o como sea que la quieras llamar. No existe.

Levántate, porque no hay nada más, solo ese horrible arbusto sobrecrecido, y el resto es la planicie desierta. Ariba, porque no hay más, y si quieres salir de esta luna hay que seguir sin que este cielo horrible te haga perder la cordura.

Sigue, no te guardes a su sombra, que solo hay muerte y soledad, solo estoy... yo, y cualesquiera otro que aparezca para acompañar a los desdichados como tú que equivocaron el viaje.

Sí. Equivocaron. Porque esto es, literalmente hablando, una luna una carretera, una via sin fin para los que se les acabó la vida.

Sigue derecho, sigue y no te quedes.

sábado, 31 de julio de 2010

Peregrinación del vidrio

No hay espacio para las aristócratas de manos débiiles y graznares imperativos en esta esclavitud de los dedos sufridos y nervios templados. Donde no se requieren músculos de potro, de esos que hacen jadear de gusto a las amantes, pero sí dedos de ave rapaz, dedos que no tiemblan con las torturas de los fardos...Dejemos así.

Solamente es cargar esos dólmenes transparentes día y noche, que solo se pueden llevar con los diez dedos, nada de poner las palmas sudorosas sobre ellos (un golpe de látigo cae sobre la espalda) nada de usar más que lla tercera falange de cada dedo.

El castigo por dejar caerlos es cosa que no se puede expresar en ningún idioma. Lo hemos visto muchas veces, todavía nos embruja los dormires, pero no hay nada que hacer.

Hasta que tengamos los dedos largos y duros como patas de pájaro rapaz, estaremos aquí, cargando estas placas sin saber porqué. Hasta que no sintamos nada en las manos, los capataces nos tendrán aquí, para mayor capricho de las damas y los nobles.

No habrá descanso, no hanrá dolor, no hanrá forma de salir manteniendo la humanidad y la cordura.

jueves, 29 de julio de 2010

Se sonrojan las maderas

No te oímos rueda, no te oimos desde el otro lado del continente, allá lejos donde buscamos la calle aquella, el andén feliz, la calle ancha de cielo tranquilo, donde pasó una mujer sin nombre de saludo en la mirada fugaz.
Allá lejos donde ya no podemos ir, donde ya no pasa la mujer cuya irada no houyo de la cara perdida entre la anchura del andén y los pasos de la rutina del tour.

Era grande el sol, pero no era esa bola grande de la que todo el mundo habla, siempre la misma, es ese cielo que no se ve, solo se ve el brillo, solo la luz, y la calle está allí, está para andarse, no hay prisa, o al menos ese era el deseo, sí ese es el deseo, de caminar por el andén inmenso, sin prisa, sin voces en el oído apurando los nervios, sin turistas estúpidas graznando sus preguntas.

Sólo importa la calle, los cafés, el bolsillo justo y preciso y el recuerdo de los ojos, sentir como la madera de los muebles se calidece, como la faz cuando no hay prisa en la calle, las manos van perezosas pero serenas en los bolsillos, pasar por lado de las mujeres sentadas, de ojos tranquilos y poses calmadas.

Se le dice todo eso a la madera, pero como el sol se viste las verguenzas con un árbol, no sabemos si está sonrojada.

viernes, 23 de julio de 2010

Torres color tarde

Se sonrojan como doncellas humilladas, en los atardeceres que hacen llorar sangre a los ateridos de frío, ahítos de indignación, saturados de tener las espaldas desnudas de brazos.
Pasar la calle, huyendo de las puertas tiranas, y en un momento miran la tarde.
No ese sol de siempre, no esas nubes, cuya maravilla dura apenas segundos de cada día.
Son los largos ladrillos, esos que que se colorea de ese color que solo le decimos tarde, no es más que tarde, no es ni el pájaro cuyos gorjeos aletean en lo almibarado de las serenatas prefabricadas.
Son tiempos, son vestigios, de otras tardes distintas, cuando los pájaros no eran fastidios para la tabla periódica de la atmósfera.
Solo hay que estar verlas ahí, contra la música ruidosa de los obreros.
Diferentes a todas esas acuarelas aburridas.

sábado, 10 de julio de 2010

Esas herraduras son muy duras, caballo

No es fácil andar por las sabanas de hojas aohgantes, aires termales,
suelos que matan los huesos.

Duelen las sillas, duelen los pasos, y los huesos crujen. Los matan, ya se dijo, pero lo hacen lento, aplastando con un dolor mudo, sofocante, como usar demasiado abrigo que mata por calor a la postre. El camino no existe, y a los ingenuos que dicen aquello de " haz tu camino con la frente en alto y una sonrisa de cascada" les dicen, a su vez, que el aire quema, derrite y vuelve masas fundidas a las caras.

¿Porqué hacer estos terribles viajes, solamnente para visitar a los Ermitaños de la Atmósfera? dicen los nobles ociosos. No sé que decir yo, que solo voy de ida y vuelta, sufriendo con estos condenados hierros en los pies.

Curiosamente hoy me tocó uno que le pasó lo mismo a su bajada del edificio de las palabras. Su hueso izquierdo venia marcando un compás raro... como si le gritasen los huesos en los pies, como me gritan las costillas a mi cuando las damas ricas, y gordas, y mal perfumadas, con sus potrillos,!qué digo!, sus críos, o lo que sea que tengan los de dos pies desnudos, esos que te azotan los pies, se aturden y quedan sin foco con el humo blanco que se respira bajando. Afortunadamente el cojo, como le decimos, venia tranquilo, y nunca se mueve, no grazna, no cacarea, no se dedica a hablar en voz alta, pensando en su familia perfecta, no ensaya absurdas combinaciones de cabellos y ropas, no hay comidas de sonrisas plásticas, esas que hacer sentir esa cosa rara y horrible en las mejillas(y conste que nostros casi no las usamos) en quienes las ven, lo dicen, digo, lo han dicho, otros viajeros mendicantes que hemos llevado.

Los miran por encima del hombro, esas engoladas y sus mascotas, perdón, sus hijos, a nuestras cargas livianas, nuestros desharrapados. Y lo hacen con sus mismas irritantes sonrisas humanas,sus gargantas irritantes que nos hacen pisotear exasperados(auch!), cuando hacen ese horroso sonido que los humanos llaman risa.


Pero esa es una tortura que tiene sus descansos y respiros para poder rumiar tranquilos. Los jinetes silenciosos, esos pasajeros que solo se dedican a mascar pajas y se bajan cuando ya estamos arriba. No son carga, no nos lastiman las pieles duras, ni las costillas, y nos dejan la paja masticada como recuerdo.

Pero hay descanso, descanso cuando pasamos por el valle del solo camino, donde el viento no molesta, el sol no quema ni hace sudar ni calienta, y la tierra es perfecta para caminarla. A veces los pasajeros se animan a tararear alguna canción de sus tierras natales, otras se ponen a hablarme, animados y tranquilos.
Es bueno, digo yo, así no me duelen tanto estos zapatos, no me duelen las costillas.
El viaje es corto, el pacífico, porque luego hay que volver a subir, volver a trepar los senderos que se rompen a punta de trocha contra las montañas.

Es duro, es duro, pero con el pasajero adecuado, se sangran menos los pies.

miércoles, 30 de junio de 2010

Los rieles perdidos

Se cayeron, una tarde de arenas rojas, cielo colorado, y fiestas de orgías.
Nadie se dío cuenta,todos ocupados con sus orgías y besos y demás menesteres tan importantes. Subido en la almena, fumando semillas y hierbas, no fue sino oír el estruendo para salir corriendo. Pasar por encima de las tripas de carne, el olor a licores, olores de cuerpos, inmundicias y demás, pidiendo ayuda a los ebrios, a los amantes, a los sesos de cabra que son los habitantes de los jardines, esos brutos atontados por tanta flor y pájaro.
Pero no, me tocó ir por mi cuenta y riesgo a ver qué había pasado.

Todos los metales de los trenes elevados, todas las vías caídas, derrumbadas por tanta edad y tiempo.Y mientras tanto, los nobles y los pobres, los ricos y los mendigos, todos ocupados zumbando alrededor de las rosas plásticas, idiotizados por tanto néctar.

Pero no puedo hacer nada más, no soy ni sabio, ni hombre de números, ni pobre ignorante de todo, ni mendigo, solo estaba dormido en el interior de la almena mascando una paja, cuando vino la ruina.
El desierto nos va a dejar encerrados en nuestra isla paradisiaca. Y estos tarados de amor y orgía no lo saben aún.

Si viniesen los marinos de la nube para sacarme de aquí.....

miércoles, 16 de junio de 2010

Nana para los niños del carbón

Cerca hermana, cerca para que no nos mate el hielo de las paredes rocosas.Despacio entre los demás, poco a poco, para que no se asusten y tengan mayores problemas. Hay espacio, sí, pero el problema son los desharrapados. Son inestables, asustadizos, y si entran en pánicos estaremos en problemas. Júntelos por edades, busque a los lúcidos, y deles las instrucciones que acordamos. Síganme, despacio, despacio, tranquilos, cada uno a su bolsa de dormir, así, así.
Demonios hermana, no me diga que vienen más, sí así, ustedes dos vayan junto a esa columna. Así está bien.Bien, ustedes formen aquí, aquí.
Ah, hola chicos, ¿están bien?, perdonen el mal chiste, pero no, porque a estasalturas poco importa el humor. Y ustedes no saben que es eso, y en este momento no importa. Muy bien, lo que quiero que hagan...
Muy bien, ya estamos todos adentro. Dos horas organizando( y sedando) a esos harapientos no es cosa fácil. Pero con esta Tropa que se va a quedar con nosotros temporalmente, estaremos seguros, hasta que pasen los fuegos.
Por aquí hermanas, por aquí, ayuden al soldado a correr las cajas.
Bien, ya después de un día de trasladar todo, no hay nada más que hacer.
¡Cierren y sellen las puertas!

viernes, 11 de junio de 2010

Brujos, los falsos magos

Nuestro grupo no los reconce. De ninguna manera.
Son bufones, niños jugando con sus botellas, sus poses, sus grandes discursos,sus palabritas endulzadas, sus ropajes, sus tatuajes. Son un insulto a nosotros.
Si pueden timar y robar legalmente a las Aristócratas, es problema de los de arriba.
Cuando nos forzan a ir donde esos listos del timo se vuelve, entonces, problema nuestro.
Ni símbolos, ni discursos que se pretenden arcanos, ni ceremonias, ni bajar desde lo alto ni subir desde lo misterioso del absaimo. Exisitimos aqui y allá, no nos subimos a los atriles, no hablamos en las plazas a voz en cuello, no queremos ser maestros, no quremos ser líderes de ejércitos o reinos,no quremos seducir las orejas de los públicos con voces de miel y flores bonitas, no queremos mandar al fuego y a la perdición a quienes no vistan como nuestras pieles, no coman en platos como los nuestros, o usan sus gargantas y lenguas de otras maneras.
No son necesarios, para nosotros.

Mezclados con todo, separados de todo, todo nos afecta, como decía mi Superior, el mundo nos pasa por el frente y ni un parpadeo le dedicamos, pero a la vez, lo tenemos entre la punta de los dedos. Ignorando la historia de estos Reinos y Confederaciones, pero vivimos detrás de todos los tronos y solios.

No necesitamos el poder, y a la vez los hombres dicen que somos Poder, no somos ni Dioses ni espíritus, pero estamos un paso más allá de los hombres de carbono y otros elementales, aunque hayamos surgido de ellos.

Uno de los nuestros, un ilusionista prodigio, vive en una ciudad DE un valle perdido del vecino planeta. Por lo último que hemos sabido, forma parte del gobierno de una ciudad construido en un valle donde la pluviosidad es total. Un escondite perfecto.

Poco a poco las fichas se mueven, estamos calculado lo posible y lo imposible.
Sabemos que hay posibilidad para la derrota, pero incluso en ella, podremos voltear la mesa para acabar ganando. No hay margen para el error, y nuestras estrategias se van esparciendo, lenta, discreta, inexorablemente hacia el resultado final.

Por algo nos consideran verdaderos magos. No esos charlatanes que intentan hacerse pasar como tal.

sábado, 29 de mayo de 2010

Marinos de las supernovas

Son buenas personas, aunque son soldados peligrosos, y todos estamos bastante precavidos cuando estamos en medio de ellos.
Son silenciosos, se mantienen siempre entre ellos y cuando alguna de las chicas va e intenta ofrecerles negocios...ustedes me entienden, hay que vivir en este esapcio enorme, en estas terroríficas nebulosas que desde el otro lado de la galaxia se ven tan bonitas.
Y si eso significa que una se tiene que vender por unas horas para conseguir dinero e información de algún cadete ingenuo...¿quiénes somos nosotras para decir que no?

De cuando en cuando, encontramos alguno de los verdaderamente jóvenes. Ni siquiera tienen barba para pelar, ni cicatrices de las máquinas afeitadoras en su cara. Detrás de esos uniformes, de esas corazas, de esas armas demasiado pesadas, son solos niños aterrorizados, que no llegarán a los treinta años con el cuerpo entero...
Al menos podemos abrazarlos hasta que dejen de gritar en medio de sus pesadillas.

Sería bonito poder ayudarlos, poder acompañarlos en sus paseos, a los pobres niños,
pero el mar vacio es infinito, y no sé si volveré a verlos.

La Matrona me dice que no hay tiempo, que pronto habrá que cambiar de flota, hacer trasbordo hacia otros cielos, conocer a otras bolsas de carne, y olvidarnos de estos mendigos de lunas en ruinas, cráteres de guerra, planetas fantasmas.
Paraque no me vean las lágrimas de nana fallida, que vengan los maquillajes, para que no me vean el temblor en los puños, un velo lujoso y vano entre los brazos,
y la sangre de madre fallida y joven, pidiendo un último abrazo, un último beso en la frente,k que serán totalmente inútiles, una chispa absurda de fósforo en tanta negrura abrumadora del espacio vacio.

lunes, 17 de mayo de 2010

Mundo infernal(Una imagen de Masuji Ibuse)

Por las cenizas campo bajan las gentes que no tienen ropa.

Bajan los que no tienen ropa, las pieles demasiado duras pero las suelas de los pies dejando huellas de sangre sobre los guijarros chamuscados. El aire es condenadnamente frío pero ellos solo... siguen caminando, lentamente, sin parar ni un segundo, borrosos, indefinibles las voces y los lamentos.

El aire caliente, la lluvia negra como pez, que cae sin sonar ligera, sonora, sino con un sonido pastoso, como baba gigante chocando contra el piso,las pieles cenizas, en forma literal.

A través de esta llanura casi infinita, sobre los rieles de los trenes donde casi nos asfixiamos de tan poco aire, y donde el tren se mueve tan rápido que no puede entrar el aire ardiente para darnos un nuevo respiro.

Además se nos endurecen los dedos de tanto sujetarnos a las barras del techo: No hemos podido soltarnos en muchas horas...¿o son días?. Hiede a porquería, se oyen chillidos de bebés, de niños, pero se callan porque segundos después alguien los arroja por la ventana.
Es necesario, antes que los otros pasajeros entren en un arranque de furor y comiencen a lincharse unos a otros.
Nos pasó hace mucho, al inicio de nuestro viaje, en uno de los vagones de atrás, y fue tanta la masacre, que el Maquinista tuvo que desconectarlo para luego descarrilarse en una tremenda explosión. Los demás, o al menos el resto de los que estábamos en nuestro vagón, no pudimos hacer nada, y las protestas hubiesen sido algo absurdo:El caos hubiese subido vagón por vagón, y nadie hubiese podido salir de aquí con vida.

Cuando me canso de hablar para mis adentros ( como me pasa en estos instantes)me despierta el dolor en el tobillo, y le doy un golpe al hombretón gordo que siempre me pisa.

Nunca se ha quejado. Además, no creo que sienta nada, es más grueso que un sofá de lujo, y tampoco le he visto moretones de las vecesque le he pisado.Creo que aún si le clavasen la punta de un bastón, no reaccionaría de ninguna forma.

Además, con el poco aire, el vértigo y la velocidad, no tenemos tiempos sino para desmayarnos, dormir negramente por unas horas, y luego despertar cuando alguien nos aplasta, pisa, o empuja. Así fue como me lesioné del tobillo.

Una vieja bruja, de esas arpías que se trae su hato de chucherías completo para el viaje, amén de una moneda bajo la lengua, se subió al vagón y se sentó al lado mío.No sería gran cosa de no ser porque traía un bulto, pero lo que se dice un



bulto de chucherías, vaya uno a saber qué: el caso es, viene la urraca, se sienta, se queja de mi olor, y sin mirar hacia anajo, deja caer el mencionado sobre mi pie. No recuerdo si grit´´e, si me dolió, si se me durmió el pie. Unos minutos más tarde, entre tres hombres me estaban separando de la ventana, donde las piernas y el torso de esa momia estaban aleteando en el aire, el piso, el asiento y algunos vecinos estaban manchados de sangre. No fue sino darme cuenta que tenía los nudillos con las marcas de los dientes de la señora.
Un hombre, enfermero supongo, hizo lo que pudo por emparejarme los huesos del tobillo, aprovechando que todavía no sentía nada, pero no quedó bien. Desde aquel entonces, quedé cojo de un pie, con un equipaje extra absolutamente inútil, mechones pelirrojos( por la pésima tintura de la criminal) bajo las uñas, y un dolor constante en el empeine.

Aunque el enfermero se arrojó del tren unos días más tarde para seguir el camino a pie, tiempo después una curandera, llegada en otra estación, aceptó ayudarme con mi cojera. Ocasionalmente somos compañeros de camarote, sin grandes pasiones ni los éxtasis de los que hablan las amigas de las fotonovelas. La mujer tiene los dientes color ambar, aunque relativamente joven, huele a alguna sustancia desagradable de su oficio(ella es quien despide a los azuloscuros que fallecen aplastados o ahogados en el vagón, no me pregunten más) y su piel, mirándola con cuidado, está llena de verrugas, hinchazones, y demás restos de alguna enfermedad.

Ella no me pregunta nada sobre como acabé así, y yo no lo pregunto nada sobre su trabajo. Creemos que en unos meses volveré acaminar completamente bien, sin importar que mis nudillos sigan teñidos de sangre.

Ayer pasó un vigilante a controlar que no estuviésemos armando demasiado jaleo.
Nada especial, solo pasó, comprobando que la gente estuviese apretujada una contra otra de la manera menos incómoda posible. Y si eso incluye cambiar el pie al que estás pisando, así sea.Al menos los pies descansan por unos instantes.

Cuidado, cuidado, permiso señora, deje pasar a los niños.
Ahora, agárrense bien de las manos, no se suelten por nada del mundo. Amigo, ¿me haces el favor de sujetarlos bien cuando salten del tren? Gracias. No, no, yo no me bajo en esta parada. Y no me digan señor, que no soy un viejo.
Ahora bien, agárrate duro de tu hermano, niña, y tranquilos, que aqui ya estarán seguros. Dos horas más adentro llegarán a la Ciudad de la Lluvia.No se detengan, no hablen con nadie más y sigan, esa ropa que tienen les servirá para la lluvia.

Ya saltaron, bueno, nada más puedo hacer por ellos. Es seguro que no sobrevivirán al resto del viaje, pero al menos llegaron hasta aquí. Esa es la historia de no se cuántos más, jóvenes y viejos, que huyen desde lo alto para venir a vivir libres aquí.

Porque de resto, no hay nada más donde vivir, todo está quemado y arrasado por el Fuego de Arriba.

Yo todavía no puedo ir. Hasta que no me sirva el tobillo, y venda estos trastos inservibles allá abajo, no puedo terminar este trabajo.

jueves, 13 de mayo de 2010

Los mausoleos cerrados

Algunos llegaban hasta el punto de dejarse las mejillas sangrantes.

Otros se mordían la carne de las falanges, con gesto sordo, y sin mirar a nadie más,
con las caras cubiertas.

Los de más allá se ponían a recorrer los pasillos gigantes de la ciudad cementerio, con pasos rápidos. Los más débiles entran en frenéticas carreras, hasta que se cansan y quedan sin aliento. Se quedan allí hasta que los hacemos reaccionar. Algunos lloran, muy silenciosos, hipando por lo bajo.

Otros entran en un furor de violencia, y arremeten a golpear todo lo que sus ojos alcancen. Sus compañeros, las paredes, las columnas gigantes, los relieves de las paredes, sus equipos de campaña. En esos casos, dice el sargento, lo que hacemos es noquearlos de un golpe, inmovilizarlos con amarres complicados, que apenas estoy empezando a dominar, y luego los dejamos bajo la vigilancia de dos centinelas.

Otros fuman esas mezclas de hierbas y semillas nativas de este sistema solar, o al menos, las menos potentes y letales para los humanos. Olvidan el hambre, el frío, la sed, el cansancio, el peso y la presión. Entran en una especie de hibernación, aunque sin dormir y sin perder la consciencia. No es que sea ilegal, para los homínidos, conseguirla, pero si es visto con desaprobación.

Otros preferimos salir a patrullar esta ciudad gigante, y ver la bizarra decoración. No, no solo los bajorrelieves y los murales, cada colmuna gigante, cada arco monstruoso, cada edificio, así no sepamos a ciencia cierta para que sirvan todos, o si acaso tuvieron algún propósito.

És curioso ver un mundo totalmente nocturno, donde no hay ni un rayo de sol amarillo, solo esas luces extrañas, que parecen cortinas, y una que otra estrella azul. Pero de resto tenemos que confiar en el calor del núcleo, y en las plantas de energía que tenemos instaladas a lo largo y ancho de este continente.

El planeta es grande. Un gigante frío, dicen en términos arrogantes nuestros científicos y exploradores. Nos tomaría semanas recorrerlo, y conocemos muy poco de él. Al menos aquí tenemos lo necesario para sobrevivir.

Además, no deseamos llamar mucho la atención. No en nuestra línea de trabajo.
No en este trabajo donde muchos de nosotros acabaremos en una tumba de estas ciudades fantasma.

viernes, 30 de abril de 2010

El loco de las runas

Centímetro a centímetro, trazo por trazo, línea por línea.
Lo llenó por completo, todo el cuarto, cada pared, el techo, el piso, con esas inscripciones, no sabemos si son alfabetos, dibujos, símbolos de algún misticismo,
garabatos salidos de una mente totalmente perturbada, o si es algún prodigio, y sus grabados son códigos de algún tipo, demasiado avanzados paraque los entendamos.
Por mi fuera, mandaría volar todo el cuarto y al loco lo botaríamos como un perro muerto. No le conocemos nombre ni edad, nación, familia. Lo encontramos en el sitio de la masacre de la Meseta Roja, catatónico, casi muerto.
El Sargento, quizás el único con algo que se pudiese llamar humanidad en medio de tantos animales, propuso que lo fusilásemos, por compasión.El Coronel se rehuso, desautorizó al Sargento, y se llevó al hatajo de harapos, sangre, polvo, con nosotros.
Ni siquera lo usó el Cadete **** para sus "negocios", esos que, si se enteraran los de arriba, no solo lo expulsarían... le borrarían toda memoria, todo recuerdo, y le encerrarían su mente en propio cuerpo, imposibilitado todo contacto con el mundo exterior. El cuerpo hecho prisión de por vida.
O al menos eso dicen en la Academia que pueden hacer los Especialistas. Al menos los que, dicen, son maestros en ilusiones. No esos trucos de fería o variedades, no.
Me refiero a aquellos que pueden, dicen, hacer ilusiones tan perferctas, que alteran la realidad.
Algunos les llaman los Pequeños Dioses.
Volviendo a mi ronda, volvimos con el traumatizado mendigo. Le hicimos estudios, entre tres divisiones, buscando saber qué le había pasado, saber si en su memoria había algo sobre lo que ocurrió aquella vez. Nada.
Nuestros científicos conocen tecnologías capaces de sacar toda la vida de pacientes en coma, o amnésicos. Así que, si ellos salen de esto con las manos vacías.... Algún Especialista debió revolverles los sesos al pobre chico.
Ah, aquí viene otra vez, toma un carboncillo y comienza a trazar líneas.
Sin haber logrado atar cabos, lo dejamos por su cuenta bajo la supervisión de un grupo pequeño de guardias. Todo bajo la insistencia del Coronel.
Pero, quién soy yo para protestar ¿eh?. Además, el loco (porque, sí, no es que las tenga todas consigo) es inofensivo, no arma problemas, no es agresivo,pero no es normal, les digo Profesores, que no hemos corrido ningún peligro. Antes nos sorprendemos de lo bien que se ha portado...
Si no contamos las marcas extrañas que ha dejado en su habitación....
Sí, todo bien.
Todo comenzó cuando el Coronel, en una tarde de esas enque las nubes de polvo no dejan ver las galaxias próximas, nos comisionó a dos, A-1 y A-2, paraque trajémsemos carboncillo de las provisiones(Sí, carboncillo)
para que hiciera lo que quisiese.
No sé usted que dirá Prof, pero a veces creo que al hombre no le paretaron bien las tuercas, si me entiende lo que quiero decir. Y si ya sé que estos grabadores son seguros, pero es mejor no confiarnos.
Y comenzó, un día lo vimos con un carboncillo enntre las manos. Talvez tendría algún nivel de instrucción, porque sabía, de alguna manera, como manejarlo correctamente.
Bueno, pensamos, al menos ya sabemos que hacer con él, sólo ponganlo a garabatear, hasta que decidamos qué quiere el Coronel con él.
Otro día lo vimos, dibuajndo, anotando, garabateando, como quiera llamarlo usted, pero no eran los trazos de alguien deficiente mentalmente. Revise las fotos que tomé, y tranquilo, que solo yo tengo los aparatos impresores, así que nadie más
tiene imágenes de cada pared o piso nuevo que escribe...
Ah, ¿no le había comentado verdad?, cuando nos cansamos de pasarle papel para que llenara, comenzó a hacerlo en las paredes, una por una. Y según le comenté la primera vez que nos pusimos en contacto, con el pasar de los meses, y sin saber cómo, su habitación se llenó de estos dibujos que ninguno de nostros sabemos qué es.
Ah, y el Coronel. Cuando vió la segunda tanda de garabatos en la celda, se puso... diferente. Como si hubiese encontrado alguno de esos objetos de las leyendas antiguas de la Tierra.
Curiosamente Prof, ustedes tienen razón. Lo que ese mudo garabatea constantemente no es nada que hayamos visto antes. Ningún lenguaje conocido en estos planetas, ningún gráfico de ninguna matemática, de estudiante o de genio, nada se le parece.
Ahora bien, usted me comenta que, por las observaciones que le hemos hecho nosotros, nuestro invitado no es ningún genio o algo por el estilo. Aún no logramos que se comunique con nosotros.

lunes, 19 de abril de 2010

Hermana del amanecer

Igual a ella se volvió, dice el marino de la gabardina ajada.

Comenzó pareciéndose, rumian sus dientes, a los carbones negros de las minas que salen, salen y la luz los morena. Algo así le pasó a ella, dice mientras sus ojos se pierden entre las botellas del otro lado de la barra, algo así le pasó a ella.
Otro vaso de barro cocido, lleno hasta el borde del té agrio, lo pide con esa voz ronca, de sapo viejo, y sigue. Que se parecía a los carbones bellos, esos que no interesan a las industrias, esos que van cogiendo color del día, poco a poco allá en lo más profundo de la tierra. Y no soy minero, para nada, pero he visto a los hombres que trabajan colgando del abismo, murciélagos en cuerdas, colgando sobre negruras sin fin, para sacar esos mendrugos que luego malgastan esas señoras que torturan en sus jaulas lujosas a sus mascotas,¿o son sus pimpollos esos que les dicen hijos?. Da un sorbo, no muestra si le ha afectado o no el sabor, y sigue, nosotros con la grabadora bajo la mesa.
¿Pero todavía la tengo aquí sabe?, se toca la sien con el índice. Lo hace sin titubear, sin temblarle la muñeca, sin cambiar la voz sin tragarse las palabras.
Todavía la recuerdo,pero ya no sé como será ahora, al otro lado del planeta, en alguna luna de esas que vemos en la noche, no, no lo sé. Otro sorbo, toma la botella, se sirve, y sigue, ¿ya viene otro amanecer, tan pronto?, eh, las cosas que pasan en estos soles y sus planetas, cosas raras se ven, cuando uno vive demasiado en tan poco.
Alertas, esta información es crucial, no hablen y no interfieran con la grabación.
Todavía la tengo aquí, aunque me haya dejado en ese hoyo. No, las mozas te pueden dejar sin un oro, sin provsiones, pero eso es de esperarse. Que tu propia hermana, maldición, !esquiven ese pedazo de madera!, te haya mandado a la peor prsión de esta piedra gigante, ¿qué le hace uno, qué le hace uno?.
Alertas, va camino a la salida, nadie se mueva hasta que esté afuera, repito, nadie se mueva, es totlamente impredecible y peligroso, incluso desarmado, repito, nadie se mueva.
Monedas, monedas para tí muchacho, gracias por el brillo a las botas, aunque poco hay para brillar. Anda y gasta estás monedas, que las necesitas más que yo, no no yo estoy bien, solo necesito estar al sol un rato, anda y vete ya, gracias.
El interrogatorio es la única opción que nos queda, es el único que sabe algo, así este casi desquiciado y borracho. Pero no es excusa para que nos descuidemos, es un ilusionista prodigio desde antes que la mitad de ustedes naciera, y en un parpadeo puede esfumarse o dejarnos con otra de sus alucinaciones del demonio.
Otro amanecer rojo, otro año más, otra década más, y ni vengo ni voy ni me quedo.
Alerta, alerta, perdimos el blanco, perdimos el blanco, alerta, perdimos el blanco, abortar, abor-
Otra mañana de estrella de fuego y otros fantasmas que se desvanecen como polvo, pero está bien hermana. Al menos tú tienes la gloria y el palacio que te merecías.

lunes, 22 de marzo de 2010

Las seis de la mañana pasadas

A través de la ventana, la noche sigue, y si le creemos al cielo cerrado, no ha llegado el siguiente sol.
Frente a los balcones del palacio, las boinas negras, las máscaras negras,las tropas que no hacen nunca ruido esperan la orden para esfumarse.
En las estancias, vacías durante millones de días antes de la llegada de las sombras errantes. Entre las paredes vacías, muebles que se rien de los siglos que pasan, de las culturas venidas e idas, entre las suelas que pasan negras sin dejar rastro, por última vez antes de irse, esperan a sus próximos ocupantes las ciudades que llegan más arriba de las nubes.
Ni un picómetro, ninguna fracción de distancia se han movido los edificios, las vigas, los puentes, las almenas, nada se ha movido de su sitio con el paso de las horas de la galaxia, los siglos. Curiosamente, el Sargento es el hombre al que le encanta investigar los archivos y rebuscar frases extrañas. En efecto, la línea anterior es sacada de una de esas conversaciones, donde el hombre se emociona demasiado, y empieza a citar líneas, párrafos, códices enteros.

Lo siento diario, es que el sol se está demorando en salir, la espera por la mañana nos tiene a todos ansiosos. Hace tres días nos llegó una transmisión, que alistáramos todo para partir. Nuestra misión ha terminado.

Mientras acabo de empacar todo, los hombres comienzan a hacer ruido, aplaudir. El sol comienza, por todos Los Altos, comienza a surgir, se está acabando la noche, aplaudimos y saltamos, como niños, porque la noche de dos años se acaba, este planeta, viejo perezoso que es, por fin se dió la vuelta, y volvemos a ver el sol.
Y lo oímos, el crucero viene, viene, y dentro de unas horas estaremos fuera de aquí.

lunes, 15 de marzo de 2010

La piel de leopardo dinosaurio

Porque las enfermeras de ojos de colores indefinidos, fascinantes, nos anestesian
con un solo toque de sus dedos fuertes y gentiles.Eso es todo.
Detrás de sus gafas, su pelo negro de cola perfecta de caballo, hay una cara joven,la sonrisa no se encrespa en arrugas.
Si no fuese por el hecho que tengo la mitad del cuerpo vendado, como una momia putrefacta de los antiguos, acaso podría coquetearle. No es como esas novicias exasperantes, que solo cacarean, y coquetean con cualquier imbécil que tenga un uniforme, barba, y una cicatriz.(" mira cariño, por un centímetro más, y no estaría aquí gozando de tus ojitos miel")
Cielos, tienen todo el parlamento grabado. Pero, ¿qué parlamento estará grabado en sus manos que solo saben darle la vuelta a las parejas en los valses, acariciar miles de pieles y escribir absurdas esquelas para conquistar ingenuas?
Por algo fue que decidí abandonar estos ejércitos patéticos, estos feudos de nobles inútiles, meses después de ser un recluta " bueno para nada, que ni siquiera lograría llegar a sargento, ni siquiera aunque llegase a los doscientos años".
Cuando eres un cazarecompensas tan misterioso como temido, a la edad de veinticinco años, un desertor que se hizo el rastreador más temido en este hemisferio.
Si, ya se que no debo moverme tanto señorita, las cicatrices aún son blandas,
pero deme una semana o semana y media, estaré como nuevo.
Me pregunto qué caras habrán hecho los cirujanos mientras me quitaban las manchas. Supongo que debo tener a taxónomos y biólogos esperando para mirarme con lupa.
Al menos las manos profesionales de la acompañante no se tensan en disgusto, no dicen arrogancias sobre los defectos médicos, y la voz está siempre atenta a cualquier eventualidad.
Unos días, que se endurezcan las cicatrices, se quiten los vendajes, y me voy.
En éste trabajo no es bueno tener registros en ninguna forma.

domingo, 14 de marzo de 2010

La ciudad esponjosa

En un segundo, una copa de brassiere, invisible por la ropa de moda, muestra su trigonometría aún sin verse la verdad de su curva de algodón blanco.
Los ojos lo hacen en menos tiempo del que le toma a la pestaña cegar al ojo: o, como dirías tú, científico, en menos de un parpadeo.
En otro hundirlevantarse de los pisos (andenes, calles, escaleras,losas, ladrillos, y demás esclavos que sufren por suelas de todo tipo, una cara saludable, de facciones que no fastidian en su perfección como las de revistas, pero de todos modos arrancan una curva hacia arriba en las esquinas de los labios.
Pero estas impresiones se van esfumando, tal como lo hacen las calles y plazas frente a las pisadas inexistentes de un espía, un padrón, o un asesino.
Caras van y vienen, pasos neutros, inocentes, decididos, errantes, los falsamente discretos, los aprendices de ladrón, el mocoso que cree que por tener los dedos largos puede intentar hurgar en los bolsillos ajenos.
Se lo que digo, porque tengo a dos de ellos a mis espaldas, los tontos, que creen que van a robarme y cortarme el cuello.
Dos moscas queriendo ser arañas, sin saber que se están tirando de cabeza en una tela de arena movediza.
El de la izquierda es pesado, más o menos setenta kilos, de andar lento, absurdamente ruidoso,de movimientos torpes, bruscos, de aquellos que confía en la brusquedad y la burdeza para salirse con su botín.
El de la derecha, uno flaco, esmirriado, supongo que debe tener una carilla de rata de cloaca, huesos forrados en piel y mugre, amén de algún acero para intimidar mientras el bruto inmobilizar a la víctima.
Bueno, al menos el piso va a hundirse cuando dos pobres diablos desnudos, sangrantes, y con caras fijas en una mueca de desconcierto sepan qué es pisarle los dedos de los pies a la Huesuda de la Hoz.
LLegados al callejón, el ratón salta, anuncia su intención, mientras el gordo se queda atrás.
No es necesario verle la cara a estos dos futuros duremientes de los cestos de basura.
El piso va a moverse en mis oídos unos momentos más, y de aquí saldrá solamente una persona.
Cuando el suelo es tu aliado, nadie de mis subordinados, aunque ellos no lo sepan, se compara conmigo.
Hora de que la esponja gris succione alguna sangre que le sobra a esta metrópoli.

viernes, 12 de marzo de 2010

Sólo cinco horas

No hay más tiempo.

Quisiera poder seguir encerrado en estos aposentos, extrañamente lujosos en medio de su abandono, lejos de los soles incansables del desierto, pero el viaje es imparable e impostergable.
Cuando el viento frío deje de golpear la fortaleza gigante, los nómadas saldrán, y nosotros detrás de ellos. Ellos concen mejor que nosotros este mundo lleno de desiertos secos, ruinas, reinos muertos, y bosques que no sabemos cómo se mantienen sin mares en la superficies.
Y sabanas irreales.Por todas las ánimas, ¿cómo pueden existir sabanas sin fuentes superficiales de agua? Eh, otro misterio que dejaremos para los que vengan.
No hay tiempo para seguir intentar durmiendo.
Tenemos los ojos cansados, cada músculo se siente de algodón, todos estamos como andando entre melaza, los pies moviendose en arenas movedizas, los brazos en barro de pantano. Sí, así de pesado es el aire.
Talvez dentro de unas semanas, cuando lleguemos al puerto, podamos dormir a pierna suelta.
De momento, hay que salir de aquí.
Ha terminado mi turno de vigía, y es hora de despertar al resto del pelotón.

viernes, 5 de marzo de 2010

Cuando se enmudece la metrópoli

Le digo mi señor que es cierto. Si no me cree salga, y verá que las calles están vacías por completo.Ni perros, ni carros, ni gentes andando por la calle, ni olores de podredumbre, como si se acabase de poner la última piedra en la plaza. Ni un alma en las calles.
En las otras villas y casas hay gente adentro, seguramente pensando lo mismo que usted, y sus sirvientes tal vez pensarán lo mismo que yo, o al revés.
Sí,si, ya sé su excelencia, no creer en memeces e historias de viejas, pero asómese a la ventana. Todos los puentes solos, las calles solas. Solas de sangre, de violencia, de revueltas y desmanes.
En una noche, las calles que antes eran atiborradas de caos, pisadas sin sinfonía, suelas de todos los reinos y naciones, todas las profesiones, desde ladronzuelos hasta los asesinos silenciosos, los mercaderes y las putas, los charlatanes y los magos, los acróbatas y los circos, los pregoneros y trovadores, todas las calles de la plaza, todos los callejones de los espias, de los ladrones, de los asesinos cortacuellos.Todo ese panal revolviéndose, sin control ni desorden, que deja huellas en la noche, con o sin luna, ido, desaparecido, vayan los cielos o los infiernos a saber cómo.
Yo no sé usted que hará, Alteza, pero por lo que a este humilde respecta, en lugar de meterle los dedos en la nariz a la bruja, yo no voy a husmear donde el sabueso sale corriendo. Usted monte su rocín, sus armas, sus escudos, llame su capellán piadoso que le rece y le ponga crucifijo a las calles, llame su físico que saque sus tratados y explique con otro qué pasó la noche.
Llámelos a todos mi señor, y salga a las calles, a probar esa valentía de matador de infieles, si quiere, pero nadie de su casa y estado va a seguirlo.

sábado, 27 de febrero de 2010

El gueto de los virtuosos

Porque si miras, con calma, despacio, sin miedo a sus amenazas, verás que bajo sus pliegues blancos, sus aureolas falsas. Te hablan, busacando dar ese espejismo de prohombría, de tener la verdad revelada debajo del brazo.
Te dirán que son como nosotros, son falibles, de carne y hueso, que se corrompen igual, caen y suben, pero de todos modos, los oirás, turista, como las aguas debajo de la fuente, proclamando que ay, son demasiado dignos para nosotros, que solo ellos y sus rebaños, que solo ellos y sus ojos, sus bocas, sus relojes varados, sus mundos momficados,sus arrogancias de espada, arrojando a la piedra y a la fogata todo aquello que entre en sus cabezas, aquellos vientos que no fluyan a sus sones.
Es bueno quedarse por unos momentos, forastero, para observarlos en sus desvarios ladrideros donde te amenazan entre autocompasiones y felicitaciones por ser el oh gran barrio que vale y los demás no.
Te recomiendo visitante, que hagas como yo, sentados en la parte de atrás del mundo, escuchando cortés, pero sin asentir sin oír, sólo haciendo sonar la cabeza.
No alces la voz, no frunzas el ceño, solo observa atento, educado y demás, pero en cuanto salgas del carnaval, no te juntes con ellos, sigue tu camino, levanta tu tienda y sigue.

sábado, 20 de febrero de 2010

Las ciudades de azul cielo noche

Los ojos se abren, despacio, muy despacio hasta que entra toda la sombra que moldea la habitación. No es posible saber qué tiempo es, pues esta ciudad vive en un año perpetuo de noche. Al menos mientras que acaba de girar el mundo. Pero está bien, el frío no es cosa que haga saltar las quijadas.
Como siempre, el viaje constante, sin pausa, sin prisa. Hay esperanzas, pero el viaje ha sido demasiado largo, demasiado agotador, demasiadas falsas llegadas. Y cuando se ha buscado por tanto tiempo, el cansancio, el viaje, la búsqueda inútil a lo largo de reinos y naciones, mundos y espacios, para una vida tan corta, es algo que hace que los años, pocos que sean, pesen el doble.
"Parece un viejo, con esas arrugas, esos ojos vidriosos"
"Caramba, lo que tú necesitas es un trago. ¡Camarera!. Mira amigo, las bellezas que hay aquí, no las ves en ningún otro lugar. Ven te presento..."
"¿Una habitación con servicio, señor? ¡Oh! Disculpa, pero es que te ves tan viejo..."

La cabeza se sacude, los muchos recuerdos, las voces todas entermezcladas, como los recuerdos después de una noche de licor, quedan flotando pesadamente entre los ojos semicerrados y una mente que camina a tientas por el cuarto de penumbra.
No hay prisa, dentro de unos minutos el resto del equipo estará despierto y seguirán todos en la misma búsqueda que desde hace tantos años. Cada uno tiene sus motivos, deseos, su olla de oro al final del arcoiris. No importa, de monentos todos somos útiles para todos, y no hay marcha atrás.
Hermana, no importa que tanto se te vayas o escondas, ya te tengo por los talones. Esta cacería tiene que acabar. Y se va a acabar, te guste o no.

sábado, 6 de febrero de 2010

Las ruinas de la casa

Adiós, adiós adiós, adiós,adiós.

Irónicamente, esa simple palabra fue lo único que no nos dijimos.
Después de dejarme aquí en este hueco, ella se fue. Se fue y me dejó aquí.
Durante años, años, meses, lluvias e inviernos, los porqués vinieron y se fueron,
¿acaso lo hizo por lealtad? ¿ vale más ella, que yo?, ¿acaso el cariño pudo menos que esas intrigas y juegos de ajedrez donde todos éramos piezas?
Curiosamente volví a pensar en eso cuando los sonidos de los grilletes me dejaban las muñecas y los tobillos débiles, pero libres de nuevo.
Pero libre, ¿para qué?. Solo tengo estos andrajos encxima, un bordón, y nada más.

"Un joven, !bah!, dénle unos años y se conquista el mundo" Así dicen esos nobles de vestido fino, buena barriga, damas de buen vestido, perfumes insoportables, vidas cómodas, sin recibir heridas por laespalda, con los cariños comprados y vendidos...
Esa vida de nuevo noble cansa, cansaba, por esa vida acabé perdiendo a la única familia que me quedaba, esa única familia que me acabó mandando a este lugar.
¿La otra?, me vendió para comprarse un juguete. Pero mejor no pienso en eso.

Noví ni alos guardias del abismo ni al regente de estas paredes de hierro. No importa. Saldré arrastrándome en este bastón, como losviejos, a hacer, ¿qué?. Ya no tengo vida, estoy inválido, enfermo, sin posesiones, aliados, amantes, sin ánimos parahacer planes.

¿Crees que voy a salir a planear una venganza de estratega contra ella? Los años de oscuridad, frío, esa herida sin cicatriz
Ahora debe estar viviendo en la pura gloria y fama, y bien merecidas que las tiene, dicho sea sin resentimiento. Por mi parte, este bordón es lo único que tengo, viejo antes de tiempo, y solo me queda ir a mendigar monedas y perderme entre las multitudes.

Cosa buena: vi a los salteadores de caminos entre la prisión y el próximo pueblo, y pasaron de largo, dejándome el cuello intacto. La miseria de corazón y vida al menos me servirá para no volverme a meter con gentes peligrosas. De esas ya exisitimos demasiados.

sábado, 30 de enero de 2010

La peste

No podríamos hablar de ella, como los muertos de la Calavera Escarlata, esa tan documentada por el galeno Alain Edgards, o la otra, aún más antigua, de la que se sabe por los archivos de las ciudades isla, allá en la Península del mar cerrado.

En lugar de irnos a una villa falsa, a vivir un cielo falso, fiestas plásticas, a contar historias, sin haber recibido siquiera marcas de los fantasmas que viajan en los aires, vamos a andar andar el fin del continente y luego a los larguísimos archipielagos que van trotando por el mapa de los mares de dos lunas, hasta los extremos de la Mañana.
No iremos muchos, no tendremos líder, ni empresa gloriosa o épica. Iremos solo con alguna provisiones, cada profesional llevando recuerdos de su cofradía, de su historia, costumbres, lo más detallado posible, toda la información esencial opcional e inútil.

Si se ha de creer al Líder, estos reinos del mar interior van a colapsar ellos mismos, sus reyes corruptos, sacerdotes infernales, nobles codiciosos, todos van a caer por las revoluciones de los miserables y pobres.

El plan empezó mucho antes de nacer la generación más joven de nuestro... grupo, y cada detalle, cada posibilidad, posible, alocada, o fantástica que pueda imaginarse o no, ha sido tenido en cuenta. El fracaso absoluto ha sido tenido en cuenta, contingencias para poder reimplementarlo ya estar en curso, de ser necesario. Todos somos esenciales, nuestra seguridad está más que asegurada.Borrados de todo archivo, toda posibilidad de ser buscados o cazados por los poderes de estas naciones es, para decirlo brutalmente, álgo más allá de lo inimaginable.

Lapeste es uno de muchos pasos, la revolución, y todas las consiguientes, es otro. Para ese entonces, estaremos al otro lado, listo para la siguiente etapa:
Ser reyes de reyes, sin necesidad de coronas, palacios, e iglesias.

jueves, 21 de enero de 2010

El barbudo de la ciudad alta

No es peligroso, y te lo digo por experiencia propia.

Sólo pide algo de agua, pan, y un techo para dormir. No tu casa, no la casa de tu amigo, tu vecino, o de tu conocido. Ni pide audiencia con el emperador, con los ilustres, con los dioses, con los reyes, con los sabios eruditos, con los hombres de arte.

No sabe robar, y vive entre las jaurías de perros de la calle, entre la caridad de los ocupados, de las matronas que producen demasiada comida, las ropas gloriosas que los ricos desperdigan en las basuras.

Solamente se dedica a caminar, vagar, y mirar los múltiples atardeceres de nuestros mundo de soles. Los muchachos afirman que es buen pescador, aceptable tahúr, pero pésimo para los licores. Incidentes enojosos han ocurrido cuando gentes malintencionadas lo acusan de causar escándalos en los festivales, cuando todos en el ciudad sabemos que el hombre es más inocente que todo santo.

Eso sí, sus venganzas contra sus calumniadores son cosa digna de recordarse.

Sobre su identidad, para pasar a otro tema, se ha especulado, analizado, y conjeturado hasta llegar a lo rídiculo. Afirman unos que es un sobreviviente de alguna de las guerras del otro lado del sistema solar, que llegó huyendo de sus sangrientos superiores, y ahora posa de mendigo, para no llamar la atención.

Otros, afirman que simplemente es un hijo de ricos, que harto de la vida de clichés que llevan los Aristócratas, huyó de sus palacios y ahora vive oculto, feliz, aqui en el Submundo.

Todas posibles, ninguna más acertada que la otra, o todas improblables.

Silencio, allí viene, con su andar falsamente trastibillante, con esos ojos que dicen más de lo que tú logras ver, con ese aire que no, no es de idiota. Ni de alguien que coma adormideras para dormir la cabeza. Talvez ese joven, hombre, viejo, o sea lo que sea, es algo más de lo que vemos onostros. No digo que sea alguna criatura sobrehumana, o divina, no. Lo hemos visto comer, sangrar, respirar,sudar, toser. Eso si, es capaz de vivir durante días sin cmoer, sin sufrir de los horrores de las hambrunas, y además, tiene la piel de los pies tremendamente dura, como si fuese sduela de bota. Es capaz de andar durante horas, casí un día entero, sin sufurir dolores ni callos, ni fatigas.

Ahora cállate, muestra algo de respeto, Alteza, y déjame hablar a mí.

sábado, 16 de enero de 2010

Traje de corbata en el asfalto

De vuelta otra vez a la calle áspera, la vida rugosa, los ojos rojos que no pueden llorar.

Por las aceras de escaparates, un cigarrillo colgando del paladar. Nadie pensaría que es imagen digna de usarse en una campaña publicitaria, sin embargo:el cigarrillo está aplastado, vano decir por cual extremo, las hierbas mojadas, y en la nube cerrada del día gris no hay asomo de una cerilla.

La ciudad toda coloreada de gris: el smog, allá arriba adormeciendo a los ángeles canosos, las carros, apagados por el humo, los ladrillos y concretos, los inquilinos de las nubes, pájaros y demás, sacudiéndose el vano la ceniza de la plumas.

Sería una tarima perfecta para un detective de blanco y negro, pero aquí la ciudad ceniza se traga al asesino y al inocente, al corrupto y al héroe de capa sombría. Al asesino, al vengador que mata asesinos, al timador, al simple que ni los mendigos le quieren pedir una moneda. No hay móvil, no hay crimen, no hay mujer fatal.

Pero el pulpo monstruoso los ahoga a todos.

sábado, 9 de enero de 2010

Los que salieron de las mazmorras

Según la leyenda, el suelo de la prisión nos engendró y dió a luz.
Los más sabios(y cínicos) afirman que es expresión para tomarse en forma literal, aunque nadie lo sepa a ciencia cierta.
Pero ustedes lo creen, porque nos ven a nosotros, los que vagamos por el valle, siempre con las caras vendadas, los cuerpos hechos un manto sin cuerpo visible, pero siempre un dolor intenso en la faz, siempre sudando por las torturas de las agujas.
No sabríamos decirles si es del todo cierto. El dolor nos impide hablar tranquilamente, hacer una pausa, como para poner pensamiento en orden y darle pies y cabeza.
No somos objeto de deseo, porque los cuerpo han salido de las paredes sin sol, de las estancias donde las agujas hacen enloquecer a las criaturas más allá de toda psicopatía.
No tendremos futuro ni descendencia, porque nadie nos deseará, ni la muerte física será alivio para la arrogancia de los reyes que nos fabricaron a través de esas lóbregas paredes.
No nos quites ni las vendas de momia que eso parecemos, ni las máscaras. Ya hemos hechos de las vestiduras nuestro cuerpo, nuestra piel auténtica. Lo que hay debajo... ninguno de tus demonios osaría hacerlo en sus precipicios. A nosotros nos lo hiceron esas Matronas que glorifican los poetas, tus peanes llenos de clichés, y boleros ridículos.
Nos queremos casa, ni amantes que nos restañen los suplicios con besos y caricias. Tras salir vivos de dolor, salir entre lamasacre y la tripa al aire de nuestros carceleros, salir de esas cárceles, no queremos sino perdernos entre el polvo, los caminos sin número, y no más.
No hablaremos más contigo, curioso de periodista, porque la pausa del errar trae el recuerdo cada segundo de la torutra, cada poro siempre sangrante de la cara, cada barra de metal empalada en el espinazo, cada tortura, que supera con mucho a las anteriores.

Somos demonios hechos por la mano del hombre, pero en lugar de traer perdición y fuego, las recibimos sin oportunidad del paraíso.
Para nosotros no hay sol, ni luna, ni aire sobre la piel, ni bronceado que se elogie. La carne no existe, ni siquiera en el recuerdo, porque primero fue el dolor que la carne.
Nada más te diré, nada más se sabrá. No hay justicia, no habrá venganza, nada. Las leyes de las nubes sombrías son inescrutables, prepotentes y sin freno alguno.
Nosotros somos pedazos de desastres, jirones de fantasmas. Si antaño fuimos hombres y mujeres, niños y jóvenes de aliento y carne y latido, no importa ya.
A un lado, y no sigas las pisadas de sangre que salen de nuestras huellas.

lunes, 4 de enero de 2010

La ciudadela en la noche

Dos semanas en esta ciudadela desconocida... y no sabemos que hacer.
No digo que tengamos escasez de recursos y provisiones. Al contrario, con una pequeña parte de los almacenes ( la palabra gigantescos no alcanza a describirlos con justicia)pudimos restablecer los centros de comando, el sistema de reparación, con los centenares de androides y robots trabjando sin parar para mantener la ciudad.

Hay que reconocerlo, la tecnología robótica de éste lugar es, no superior a la nuestra, pero si digna de admiración y respeto, especialmente en el campo de la ingeniería homínida.Sus robotos son tan humanos que parecen un humano de carne y hueso, sin serlo. Han permanecido aqui durante siglos, la ciudad sin llegar nunca a su decadencia debido al trabajo de estos ciudadanos sin pausa.

No podemos descifrar los cientos de lenguias presentes en los archivos de esta ciudadela, no podemos saber qué pasó con ella, ni cóomo sobrevivió el planeta a las guerras finales.

De momento, los bosques y sabanas están silenciosos, con esas gigantescas lunas, en sus muchas fases alumbrando los edificios. Seguimos investigando, seguimos grabando ltodo el terreno en los diarios de campaña, pero debemos continuar.