lunes, 6 de septiembre de 2010

Las momias sudan sangre

Despacio, despacio curandero, ni un movimiento en falso-
¡Por todos los demonios, les dije que tuvieran cuidado, aprendices inútiles!
¡Rápido, un cuenco con agua, rápido, rápido!
Si pierde otra gota más...
Vamos vamos vamos ¡sí! ¡Más vendas, más vendas, RÁPIDO!
Deprisa deprisa, sosténganle la cabeza, con cuidado, ¡CIERREN LA TIENDA!, por todos... ¡tú, aplasta ese escorpión con la lanza, con un mazo, antes que esto se vuelva un reguero de sangre y sesos!
Soldados inútiles, brutos como bestias de carga, todos ellos...
Así, así, así, sin apretar.
¡Cuidado con que se entre el aire!
¡Cierren la tienda, por todos los cocodrilos del reino fantasma!
Bien, bien, así, ahora sellen los vendajes....
Ya está. Ustedes tres quédense aqui hasta que se reanime el cadáver.
Tú, bestia de dos pies, ve y dile a tu capitan que si vuelve a usar otro reanimado en el frente, voy allá y lo arrojo de cabeza al mundo de las sombras, tan seguro como que el faraón es hijo del Dorado. Y no es una amenaza.
Ahora lárgate. Ustedes tres vayan y díganle a su maestro que sus aprendices son una verguenza.
Yo me quedaré aqyuí aplicando unos conjuros, y no, no me ayuden, ustedes serían más un estorbo que otra cosa.

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