sábado, 23 de noviembre de 2013

No existe noviembre

Naufragan en los centros comerciales las calabazas con todo el frío de la nieve falsa y se cree que por las noche pasan las brujas a barrer la nieve química: Vaya usted a saber si alguna habrá muerto de invierno acelerado, las escobas pasto de los renos. Cuando llegamos, los calderos volcados, los gatos tiesos y duros como pinos recién estirados de sus cajas,pasto de las pezuñas de los renos, las botas cubiertas de hollín de chimenea falso marcadas sobre sus verrugas, sus lunares, sus dientes de animal, las marcas de las herraduras de elfos árticos en los cadáveres de los gatos. Las calabazas se hicieron pedazos y fueron sepultadas en la nieve, debajo de los bastones de plástico, las arañas y las calaveras están enterradas debajo del musgo que no es planta ni hongo. Con el tiempo, se convertirán en hongos blancos, moscas como copos de nieve que aletearán sobre las caras de dolor de las pobres brujas congeladas que no tuvieron tiempo de huir de la avalancha de villancicos. Los santos inocentes se despertaron con el chiste de tener que limpiar los cementerios de arañas, murciélagos y hollín de fantasmas, todo para que nieven los muérdagos y la salsa de pavos sin problemas.Bueno, quedará el regusto de dulces robados a punta de trucos a los vecinos asustados entre mordisco y mordisco de ponqué de frutas, pero no importa. La gracia es inflar los carrillos con pavo y calabaza, poner a los espantos a cantar con los muñecos de nieve. Todo con tal de hacer once meses del año y todos felices en una fiesta de resacas mágicas. Mientras, nosotros tenemos que bucar el reno que pisoteó hasta la muerte a las brujas.

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