sábado, 5 de febrero de 2011

El mundo de la cortina cerrada

La muerte de los hormigones no es ignorada por los pisos altos.

Es decir:

Vemos el camposanto donde antes vivían los rústicos, esos campesinos de la ciudad,
que cosechan casas y edificios,ya no están, sudando grama y tierra y demás estiércoles de los lotes urbanos.

Los halos de los alumbrados van temblando, velas titiritando, como niños de familias ásperas, sin hermanos o amigos, que vagan por la calle con las medias dolidas, la lluvia de la noche matando las ropas desvalidas.

Pero hoy no hay lluvia, sólo viento que hace maldecir a los transeúntes solitarios, que fruncen el ceño de envidia furiosa, viendo a los amantes que hacen porno bajo las sombrillas. Tú sabes como es eso.

Y arriba, las cortinas brillantes por la electricidad, miran aturdidas el cielo horrible, las construcciones desvalidas, las hormigas humanas indefensas ante las duchas de las nubes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario