miércoles, 24 de agosto de 2011

Miedo al sueño

No me tapen la hora con la cobija y el colchón.

Viene el Sueño, con su sonrisa barbitúrica a sellarme a jeringazos el párpado, pero su gemelo viene detrás a chulear unos puntos de su lista.

En el afuera que ya no recuerdo, donde caen los árboles, se mueven las calles, y la vida se enamora de mujeres con rostros que no puedo volver a imaginar.

De nuevo el escorpión plateado viene a besarme el revés del codo, picazón mercurial que amordaza de nuevo los músculos. El frío, de nuevo se endurecen y congelan los latidos, y vuelve el vacío.

No hay Miseria aquí, porque no soy un Michael Caine de pie marioneta caída que pueda pensar en huir
íos de
(¿hay puertas?¿ventanas)

No quiero volver a dormir, no quiero ver como dejo de ver las virutas de las vendas sobre los ojos, no quiero dejar de ver como cambian los tonos de las vendas, las vendas que tengo sobre los ojos, como cambian los calores y los frios de los amarres en las muñecas y los tobillos.

No quiero, no quiero no quiero no quiero.

No quiero volver a dormir.

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