miércoles, 16 de diciembre de 2009

Los poderosos y las sombras

Entre el silencio de las ciudades amuralladas, murmuran los ásperos, aquellos que tienen cicatrices en loas manos callosas, duras como pieles de lagartos.
No tiene nada de raro, en toda ciudad, en todo pueblo, en toda aldea, deben exisitir los murmullos. En las únicos lugares donde no existen las voces de los hombres de carne, están las voces que aterran a los hombres, desmayan a las mujeres, y hacen llorar a los niños y los animales.
Pero aquí, en ésta ciudad, los murmullos no son brisas en el aire de otoño, son zumbidos de avispas gigantes, furiosos desamaparados, rudos sin más caminos en la vida que el trabajo bruto,vivientes de vidas lineales como una paja que va directamente al horno... y demás grises, marrones, y residentes que se desvanecen en las torres dentro de las muralla.

Cuando los murmullos se hacen rugidos de protesta, y tales rugidos se hacen trombas contra las peñas de acero y concreto, donde residen los del poder, sabemos como empieza todo, como se maneja, como se termina.

Conocemos ambos bandos, los que viven en los panales, y los que viven en los altos, en medio de su lujo. Ningún bando se ha visto ajamás las caras. Ningún bando va aganar jamás esta confrontación. Ni los de abajo mejorarán su situación, ni los aristócratas podrán vivir sin los del suelo.

Para nosotros, que vivimos en ningún bando, en nnigún país, y en ningún mapa, es buena oportunidad para observar a la gente de las ciudades de éste reino.
Pues , ¿qué es un titiritero experto sin controlar miles de cuerdas fantasmas, miles de muñecas de porcelana, o burdos muñecos de madera?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario